Una de las restricciones de la vida en la Tierra actualmente es que las almas que llegan deben someterse a la pérdida voluntaria de la “conciencia consecutiva”, que es una de las facultades naturales de la vida Venusina. Cuando un alma así encarna en la Tierra, se le olvida su gloria pasada; su visión interna es opacada; su misión se torna borrosa; y aún el hecho de su exilio es desconocido en su vida consciente. Aunque sus Cuerpos Internos brillan con un Fuego Celestial, es solamente mediante destellos de intuición, un sentido de “añoranza”, un “sueño”, que él puede estar, acaso, consciente de su Hogar Planetario Celestial.
A medida que avanza, si tiene la suerte de tener buenos padres, buen ambiente y buenas circunstancias, podrá despertarse lo suficiente como para realizar algún servicio para la raza humana, para levantar el telón de las “posibilidades” de un futuro más glorioso para la humanidad.
Esta gente muy rara vez llega a encontrarse, si acaso, en el curso de una vida terrena; y, sin embargo, cuando los hemos llegado a conocer sabemos instintivamente que, aunque están entre nosotros, no son de los nuestros, y que estimulan nuestra Llama del Corazón hacia una Luz mayor. Son ellos los precursores de lo que un día será nuestra raza.
La radiación de Venus es una constante vertida de Belleza y de Amor. Su servicio a través de su gente es el de ayudarnos a cambiar la radiación de la Tierra de “un llanto de dolor y agonía” a una canción de paz y armonía.
VENDA DE OLVIDO
Cuando un espíritu reencarna, se le pone la venda del olvido sobre su frente para que no pueda recordar sus vidas pasadas (tanto buenas como malas). Esto se hace por misericordia, ya que el peso del recorrido sería demasiado grande para que el Cuerpo Emocional lo pudiera aguantar cuando se le suma la experiencia de la vida en curso. Repitiendo lo dicho antes, cuando un individuo encarna, se le asigna tanto karma para dicha encarnación como esté en capacidad de transmutar con sus capacidades, ya que “El Señor acomoda el lomo para la carga”.
Sin embargo, es posible que algunas veces, bajo una Dispensación especial del Tribunal Kármico (que son muy contadas), bajo ciertas circunstancias se le permite a ciertos individuos que han alcanzado tal perfección el privilegio de recordar --- a quienes ya no les afectan las memorias pasadas de odios y prejuicios. Al hacerse esto, el individuo cuenta con una continuidad de conciencia, recordando no sólo las experiencias de las pasadas vidas terrenas sino también lo que ocurrió en los Niveles Internos, entre encarnaciones.
Libro: Los Maestros Ascendidos escriben el libro de la vida
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