sus cuerpos internos con Luz, y engrandeciendo su ser por su fiel (si bien silente) servicio. Elestudiante oriental sabe que la atención dada al hombre externo es pasajera, y con la deposición del vestido de carne al momento de la susodicha “muerte”, toda esa alabanza de la personalidad es, cuanto más, transitoria. Sin embargo, los vínculos internos que surgen de una devoción silente y constante, son suyos por toda la eternidad. Quisiera agregar aún más, que la gratitud del estudiante oriental por la riqueza de instrucción personal y asistencia que se le ha dado a Mis amados chelas de Occidente, les resultaría inconcebible a sus queridas mentes.
En la vida terrenal del Gran Señor Buddha, miles de discípulos lo seguían de un lugar a otro, y se contentaban con sentarse con las piernas cruzadas en el esplendor de Su Presencia. Sin embargo, en todo ese peregrinaje, tuvo “conversaciones personales” con tan sólo un puñado de ellos.
El servicio ruidos y descarado, o el deseo de ser “apreciado” es cómo el sonido de címbalos de bronce o el estruendo de trompetas ante el nacimiento de un delicado capullo de loto.
Denle a los Maestros Ascendidos su constante amor y atención así como la lluvia cae, silenciosa pero generosamente. Sepan que ni un gramo de la energía descargada desde ustedes en SERVICIO deja de ser registrado en su Libro de la Vida, y de vuelta a ustedes viene un cúmulo de “intereses” tal como no pueden concebir. Es de estos fieles chelas que se hacen los futuros Elohim y Señores Solares.
En el clamor y escándalo de la vida terrena actual, cuando el hombre es víctima de incon- tables fuerzas destructivas que tratan de utilizar la estructura sensible de su cerebro para in- teractuar y proyectar a su mundo los planes diabólicos que dichas fuerzas desean realizar, es esencial que ustedes estén siempre en control de sus pensamientos y emociones. Así como participan de la comida para sostener el cuerpo físico, asimismo también inviten conscientemente a su mundo y participen de la Omnipresente Energía Divina y Amor que palpita en sus corazones; y de esa manera podrán hollar la Tierra impertérritos ante las perturbadoras apariencias humanas.
Mi Luz y Mi Amor los envuelve en su sendero hacia la Liberación Espiritual.
Amor y bendiciones; EL MAHÁCHOHÁN (20 de septiembre de 1959)
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