"Todo individuo que puede decir “YO SOY”, mediante tal reconocimiento de su propia existencia, tiene que aceptar la responsabilidad de sus propios Decretos. El Gran Principio Creativo está presente por todas partes, igual que el uso de la tabla de multiplicar, pero requiere que el individuo reconozca su propia “Presencia YO SOY” para poner en movimiento su plan de Vida y realizarlo — lo cual es la Perfección o el Equilibro Perfecto.
"La personalidad —o actividad externa del individuo— no es más que un foco a través del cual actúa “La Mágica Presencia del YO SOY”. Si la energía del “Poderoso YO SOY” es calificada con pensamientos y sentimientos que consideran únicamente los apetitos del cuerpo carnal no se mantiene el Perfecto Equilibrio del vehículo del individuo, y es como una rueda descentrada; de allí que lo que se expresa es imperfección y discordia. Pero si el individuo considera el Perfecto Equilibrio y hace que su Decreto incluya al todo en vez de únicamente una parte de su universo, seguirá su reconocimiento de la “Presencia YO SOY” y la descarga de su Poder con Decretos que mantienen el Perfecto Equilibrio. Cualquier Decreto de Vida que acepte menos que la Ilimitada Perfección no es el Plan de Dios, y continuará destruyendo las formas sobre las cuales se enfoca, hasta que se exprese el Decreto de la Plena Perfección. Cuando el Estudiante entienda esto, se mantendrá gozosamente radiante y firmemente consciente de su “Magna Presencia YO SOY”, y NUNCA PERMITIRÁ QUE SU PALABRA HABLADA DECRETE NADA INFERIOR A LA PERFECCIÓN DE LA VIDA.
Libro: La Mágica Presencia
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