Tomemos un ejemplo práctico. Un hombre decide, en sus sentimientos, elevar su mano y tirar una piedra. Él extrae de la Luz, que es la vida en el brazo, y procede a la culminación de su acto, totalmente inconsciente de que su brazo, sin la corriente de luz, será tan inanimado como una rama marchita desconectada de un árbol, que yace en el suelo. Él es un conductor inconsciente de la Luz, viviendo por obra y gracia de la Luz, moviéndose por el universo debido a la Presencia de la luz, pero inconsciente de su dependencia en la Luz para cada una de sus inhalaciones. Tomemos entonces como ejemplo al Maestro Jesús que decide levantar la mano de manera que las corrientes de Dios Padre Todopoderoso puedan fluir a través de la misma, en un acto de sanación. El Maestro, plenamente consciente de que la Luz conforma el alambre conductor, es un co-trabajador consciente con la Luz, la cual inmediatamente se sintoniza a la Llama de Sanación —o la actividad maestra en la que esté ocupado- y la bendición llenará al agradecido receptor.
El estudiante que se auto-recuerde constantemente que toda actividad depende de la Presencia de la Luz, verá cómo nadie, sin importar cuan imperfecta pueda ser la manifestación, vive en la oscuridad; y que cuando está convencido de que es la Presencia de la Luz fluyendo a través de él lo que realiza cada acción el individuo verdaderamente reposará en brazos de la Luz; y allí donde la Luz le ha servido inconscientemente, la Luz, cuando se le reconoce y ama, explotará en toda Su plena gloria y atravesando sus vehículos se apresurará a realizar su orden o comando.
Libro: Lady Nada. serapisbey.com
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