El Poder del Silencio

 


POR EL AMADO MAHACHOHÁN

 7 DE OCTUBRE DE 1956

Amados buscadores de la Paz:

Tal cual se ha dicho a menudo, la Maestría es la habilidad de controlar una situación sin palabras y sin ninguna acción externa aparente. Un Maestro puede mantener la paz en un salón, —o en una nación—, por la mera exhalación de la Paz Cósmica atraída y enfocada a través de Su propio corazón.

Lo que le resulta difícil a los estudiantes occidentales es aprender a dejar de lado el “palabrerío”, aprender que, en el silencio de sus lenguas pueden escuchar a sus corazones hablar, y también escuchar las Almas de otros hombres que quizás tienen mucho que dar.

Muy frecuentemente se da el caso, en reuniones de estudiantes occidentales, que cada uno está esperando con aliento suspendido por una pausa en la conversación para saltar al ruedo con sus propias ideas y conceptos. Así, cada hombre está tan enamorado del poco conocimiento o cuentos que proyecta en cada conversación, que no escucha nada salvo sus propias palabras, y éstas a veces están ya gastadas de tanto repetirlas.

Amados Míos, ES EN SILENCIO QUE EL PODER SE GENERA, Y ES EN SILENCIO QUE SE APRENDE LA LECCIÓN DESDE EL CORAZÓN DE LA VERDAD. Es por eso que, en los Retiros Orientales, a los Chelas se les somete a promesas de silencio absoluto. Así, se les pone coto a los cuerpos inferiores en cuanto al parloteo constante, hasta que el gran Ser se dejaescuchar dentro de ellos, y entonces ya no desean expresar más las insensateces de los cuerpos inferiores.

El SILENCIO ES LA MANERA DE LA PAZ. En el silencio, no se puede incitar a otro a la ira ni atraer impedimentos innecesarios a su propio progreso. En el silencio no se establecen las causas que reverberan como efectos destructivos más adelante en el camino. El Aliento de Dios está demasiado cargado con Poder para ser utilizado a la ligera. Mucha perturbación externa podría evitarse si se conservara el aliento dentro del cuerpo, hasta que pudiera ser enviado adelante para llevar a cabo un buen propósito.

Libro: Boletines Privados de Thomas Printz, vol.3

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