Ustedes podrán comenzar en una escala muy pequeña; podrán comenzar sobre un objeto pequeñísimo; podrán comenzar sobre su propia corriente de vida y sentir lo que la Llama de la Ascensión puede hacer en cuanto a cambiar la cualidad de la energía... ¡siempre y cuando no se lo digan a nadie! La afirmación de Jesús es tan verdadera hoy como lo fue en los días en que prestó el servicio de transmutar energía mediante el Fuego Violeta, la resurrección del bien en la corriente de vida, y la Llama de la Ascensión. El exhorto que le hiciera a sus discípulos en conversaciones privadas con ellos fue de que no le dijeran a nadie lo que estaban haciendo; primero, porque un individuo atrae a sí las envidias, los resentimientos y las rebeliones de las masas; y segundo, porque en tanto dicho individuo no se convierta en un Ser Ascendido, existe en los sentimientos el gusano del orgullo espiritual que disfruta de los logros y disfruta de hablar de las obras bien hechas.
Amados Míos, cuando utilicen estos poderes, cuando hagan de esta transmutación una manifestación práctica propiamente dicha, no tendrán que decírselo a nadie porque sus obras serán la expresión manifiesta de su aplicación. De esta manera, podrán auto-protegerse de fuerzas invisibles conocidas y desconocidas fuera de sí, y se auto-protegerán de todo ego personal del cual pudieran estar totalmente inconscientes, y el cual se encontrará en los pliegues de su conciencia etérica, esperando para salir a la superficie cuando menos lo esperan.
Les estoy hablando como le hablo a quienes solicitan ante Mí en Luxor la oportunidad de entrar a Nuestro Retiro. Cuando esta gente – almas valientes – viene deseando la disciplina de Luxor, y se exteriorizan todos sus pensamientos y sentimientos secretos – así como también sus memorias etéricas – al comparecer ante Mi presencia, muchos de ellos escogen no seguir adelante. Al ver esas manifestaciones exteriorizadas, piden que se les devuelvan a sus cajas de Pandora individuales, y regresan al mundo. Pero algunas almas valientes y decididas desean honestamente en sus motivos aprender el poder para transmutar la mala utilización de sus propias vidas a lo largo de las eras. Una de las advertencias que le doy a cada uno, al tiempo que es aceptado como un candidato para la Ascensión, es que no converse con nadie – ni siquiera en el Retiro – en cuanto a cómo está progresando.
Espiritu Espantoso-libro, serapisbey.com
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