La muerte




Qué es la Muerte? 
¿Cuál es la causa de la muerte? 
¿Qué se debe hacer con el cuerpo después de la muerte?

No existe la muerte. ¡Nunca existió! Todo es Vida y su eterna expresión y manifestación. 

        La llamada muerte es solo el retiro del cordón de plata [ ver cordón de plata] dador de vida de la Presencia “YO SOY”. Esto deja el cuerpo físico inactivo. Aunque los órganos todavía están ahí como ante, los ojos no ven. Los oídos no oyen y la inteligencia se ha retirado. El ser real es entonces liberado de este habitat y es libre para entrar a Ambitos Superiores de Belleza, Armonía y paz. El individuo pasa de este ámbito físico de expresión a una mayor libertad. 

        La llamada muerte es solamente una  oportunidad para descansar y de re-afinar las facultades de la conciencia personal. Esto nos libera de la agitación y la discordia de la Tierra lo suficiente como para recibir un influjo de luz y fuerza, que capacita a la actividad externa de la mente para encarar nuevamente el trabajo de la experiencia física. La identidad individualizada es eterna. Cuando la forma externa se ha tornado demasiado discordante, la vida se auto - libera. La decrepitud y la muerte son causas, en gran parte, por el mal uso y desperdicio de la energía sexual y por las emociones incontroladas. 

  

¿Cuál es la causa de la muerte?

        Solo hay una cosa que siempre causa lo que el mundo llama muerte, y eso es la falta de suficiente Luz [eclesiástico 22:11]  Liquida en los canales nervioso [colosense 2:19]. La Luz es el poder cohesivo que mantiene juntos los átomos que componen el cuerpo de carne.  Esta Luz Liquida es y viene únicamente de la “Magna Presencia YO SOY”. El ropaje externo es el receptáculo dentro del cual esta “Presencia” vierte Su Luz, solo para un propósito y uso constructivo. Cuando ese propósito es obstaculizado continuamente, la Luz es retirada [eclesiástico 22:11] y el cuerpo de carne que debe ser el Templo del Mas Alto Dios Viviente, se desintegra. 
    La Experiencia llamada muerte es un constante recordatorio de la desobediencia de la humanidad al Plan Divino original, la Forma Divina de Vida. 
    El cuerpo físico solamente es un ropaje, y el individuo solo se cambia de ropaje como quien cambia de abrigos con los cambios de estaciones. Estando en un cuerpo más fino después de la transición, el hombre está mucho más vivo que antes. 
La Verdad eterna sigue siendo que la discordia es otro nombre para desintegración  -- un sinónimo de muerte. Cuando la humanidad aprenda a vivir su Vida mediante la Eterna Ley Una del Amor, [eclesiástico 15:17] encontrara que semejante obediencia la habrá liberado de la rueda de nacimiento  - y - muerte y, por ende, habrá desaparecido el problema de la existencia humana. 

¿Qué se debe hacer con el cuerpo después de la muerte?

        El cuerpo físico no debe ser enterrado, sino cremado. 
 Dice el mahÁchohÁn: “mediante el proceso de purificación de cremación, se da una  liberación tremenda y un alivio de la conciencia [alma] etérica”.  Esto libera al individuo para ir a Ámbitos Superiores de Luz. Previo a la cremación, el cuerpo debe ser mantenido sin embalsamar pro setentidos horas, en hielo o en un almacenaje frío (v.g. morgue). 

        En eras pasadas, se ponía el cuerpo en el Fuego Sagrado y era entonces transmutado instantáneamente. La sustancia, habiendo completado su misión, era devuelta a Lo Universal y eso se hacía en conformidad con la gran Ley de Eterealización.

EL AMOR Y EL PESAR POR LA MUERTE

         “Afligirse por la muerte de un ser amado es un gran egoísmo, y no hace más que retrasar el bien mayor del cual debería estar gozando el ser amado. El pesar resultante de un sentimiento de pérdida es en verdad una rebelión contra la acción de una ley que ha considerado apropiado darle otra oportunidad mayor para descansar y crecer, porque nada en el Universo va para atrás: y todo -- sin importar la apariencia temporal que pueda tener  -- se está moviendo hacia adelante hacia una Alegría y Perfección cada vez mayores. La Conciencia Divina en nosotros no puede afligirse y no lo hace, y la parte humana debería saber que nadie puede salirse de este Universo, que tienen que estar en algún sitio mejor que el lugar de donde partió. Si existe un Amor Divino Real y Verdadero, este nunca puede dejar de existir, y en algún momento y lugar tiene que llevarnos a eso que amamos. En el Verdadero Amor divino no existe la separatividad, y todo aquello que se sienta como un sentimiento de separación no es Amor. El sentimiento de separación es meramente uno de los errores del yo personal en el que continua viviendo porque no entiende la naturaleza de la Conciencia. Doquiera que la conciencia este, allí estará funcionando el individuo, ya que el individuo es su conciencia 
         “Cuando se piensa en un ser amado que ha desencarnado, en realidad se está con dicha persona en el propio Cuerpo Mental Superior en el momento en que su Conciencia está sobre la otra persona. Si el mundo occidental pudiera entender esta Verdad, rompería las cadenas que tanto sufrimiento inútil han causado. Semejante aflicción no se debe a otra cosa que al hecho de que la personalidad -- especialmente en sentimiento -- acepta el cuerpo como si fuera el individuo, en vez de saber que el cuerpo no es más que un vestido que el individuo lleva puesto. Todo el mundo debería tener un completo y Eterno Dominio sobre el vestido, y debería exigirle una Obediencia Perfecta en todo momento. 

       Si en verdad se ama a otra persona, se deseará que el otro esté contento y armonioso. Si mediante la llamada “muerte” el individuo escoge aceptar una mejor oportunidad para expresarse en el futuro, de haber siquiera un leve chispa de Amor, no debería experimentarse ningún pesar ni deseo de sostener a tal persona en un estado de incapacidad, cuando podría avanzar a un mayor Alivio y Liberación. 

Tomado del libro: Metafísica 21 lecciones esenciales y el libro; La Mágica Presencia

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