Después de desencarnar Mi Padre, una de las experiencias más difíciles por las que pasé fue la de dejar a Mi amada Madre y de hacer ese peregrinaje dentro del corazón de Asia. Allí conocí al Ser (a Quien ustedes conocen como el Director Divino); allí Me quedé con Él, aprendiendo como medir en Mi Propia conciencia y hacer Mías las pocas afirmaciones que Él me dio. Una de las lecciones que pasaron desde Su poderosa conciencia a todos aquellos que estábamos reunidos en su derredor fue que ninguna oración o mantram (como Él las llamaba), ningún Decreto tiene eficacia alguna a menos que la conciencia dentro de uno, con sentimiento, acepte y entienda la Verdad afirmada.
“YO SOY ESE YO SOY”. Algunos permanecieron toda una encarnación ponderando sobre << YO SOY la Resurrección y la Vida >>. No había favoritismo alguno. No había nada que podía adelantar Nuestro progreso excepto la verdad exteriorizada, la cual estaba contenida dentro de dicha porción de la Ley que el Gurú nos dio. Nos la dio parcamente como si el aliento de vida contenido dentro de dicho aforismo no pudiera ser usado de nuevo ¡hasta que el Reino estuviese a la mano!
La humanidad y el mundo no se han dado cuenta de la reverencia con que los grandes Maestros e Instructores, los Santos y los Sabios, tratan a la Vida. Esa humanidad que devora verdades, que las digiere poco y no las hace parte de sí, tiene mucho que aprender acerca de las disciplinas que acompañan al desarrollo de la conciencia en los Retiros del mundo.
Muchos, pero muchos de los que presentaron su solicitud al Director Divino no recibieron ni una sola expresión verbal durante toda una encarnación, ya que dicho Ser llegó a considerar que la luz y conciencia de dichos solicitantes no ameritaba la inversión de Sus energías ni la correspondiente responsabilidad que entraría al mundo del Estudiante...¡en caso que él no pudiera hacer de la Verdad un hecho!
Estos aspirantes se sentaban dentro del aura del Maestro durante toda una encarnación, satisfechos con sólo tocar la basta de Su vestido (aura). Se satisfacían con sentir cómo sus débiles energías espirituales fluían hacia arriba con los constantes ímpetus de adoración y devoción a Dios del Maestro. Esperaban que, quizás dentro de sus propias auras, algún día u hora se pudiera disparar una chispa magnética que pudiese atraer aunque fuera sólo un parpadeo de interés de los ojos del Maestro, una inclinación de Su cabeza o la bendición de Su Mano, y se arrodillaban en la tierra cuando un reconocimiento tal se les otorgaba sin una palabra hablada.
Por Mi cuenta, Me les uní a esos peregrinos sin anuncio alguno. Me senté con los otros en el círculo sin nombre y el Maestro, en profunda contemplación y meditación, no hizo señal alguna de que estuviera al tanto de Mi presencia. No fui proclamado como el Mesías ni singularizado a la hora de los favores. Yo tenía que elevarme o caer como cualquier hombre o mujer bajo mi Propia luz. ¡Es que no lo hubiera deseado de ninguna otra manera! Cuando la humanidad y los Estudiantes que se esfuerzan por “un lugar” lleguen a entender esto, sus corazones conocerán lo que es la paz.
En el momento en que el alumno está listo....¡aparece el Maestro! En el momento en que el alumno está listo para más conocimiento, se le da. En el momento en que la conciencia esta madura, se cosecha la fruta. En el momento en que la Tierra es arada, se siembra una nueva semilla. Nosotros, que lucimos como muy prolíficos en el sembrado de Nuestras semillas, lo somos porque durante mucho tiempo después que su ciclo mundial haya sido completado, y estén ustedes parados en un Ámbito de Libertad Divina, habrá hombres y mujeres que fundamentarán sus vidas sobre esta Ley. Siendo Uno de los que tomó tan ansiosamente esa frase singular de << YO SOY la Resurrección y la Vida >>, y habiendo estado sumamente agradecido de que se me hubiera otorgado el privilegio y el honor de recibir desde los labios del Gurú algún conocimiento práctico para hacerlo Mío, les digo a ustedes, --- quienes son tan bendecidos al recibir esta instrucción sin límites --- que serán sabios si reverencian tanto al regalo como al consejo que se les han dado.
Cuarenta y ocho horas después de haber recibido aquella afirmación de << YO SOY la Resurrección y la Vida >> --- como ustedes saben ---, se Me reveló la totalidad de Mi Misión por lo que el propósito de Mi visita había sido consumado. Estaré por siempre agradecido a esa Alma Bendita que me dio la Llave. Recuerden, no obstante, que Yo había preparado el terreno para ser sembrado, y después de que se Me dio Mi vida tuvo que alimentar y desarrollar la planta y la cosecha. Cuando partí...no hubo despedida alguna. El círculo de los esperanzados ni siquiera se dio cuenta de que uno de los peregrinos ya no estaba entre ellos. El Maestro ni siquiera abrió Sus ojos o hizo gesto alguno. Toda la distancia de regreso a través de las calientes arenas de India, a través de las duras piedras de las colinas, Me regocijé una y otra vez con la riqueza que había recibido del Maestro, en solamente esa frase << YO SOY la Resurrección y la Vida >>. Construí un ministerio sobre esa frase, el cual se yergue hoy día como un ejemplo manifiesto que no es necesariamente la cantidad de conocimiento sino la aplicación del conocimiento lo que trae resultados, estos como prueba de la Maestría y Libertad para la humanidad.
La Llama de la Resurrección fue por primera vez atraída dentro de la atmósfera del Planeta Tierra por el Gran Krishna (el de la fama de “Krishna y Sofía”, los Logos Solares) quien, viendo que las sombras del pensamiento y sentimiento humanos estaban tomando forma en la conciencia del hombre, sabía que el fruto de dicha semilla sería enfermedad, desintegración y decadencia; y sabía, más aún, que habría que proveer algún medio de restauración para estos Hijos de Dios caídos, en caso de que desearan retornar a su Heredad Divina natural.
Lo que Jesús dijo: << YO SOY la Resurrección y la Vida >> --- al igual que muchas otras afirmaciones de Inmortales, repetidas por el hombre --- no está completa. La afirmación completa es: “YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE PERFECCIÓN”.
Comentando sobre el mismo tema en otra parte, Jesús dijo: “YO SOY la Resurrección y la Vida de Mi Plan Divino, físicamente manifiesto aquí y ahora”.
Libro: Los Maestros Ascendidos escriben el libro de la vida
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