(El Puente, Junio de 1956) Cuando un Maestro es escogido en cualquier ciclo para enfocar un Rayo a través de la conciencia de la gente de la Tierra, no cabe duda de que Su responsabilidad es enorme. Se ve en la obligación de lograr en los Niveles Internos el interés, apoyo y cooperación voluntaria de tantas almas como le parezca que pueden asistirle, encarnando. Después de tal persuasión, el mismísimo Maestro asume el karma obligatorio de vigilar esos fervorosos voluntarios, y de ayudarles en todo respecto a recordar el Plan Divino, su oferta individual de asistir en realizarlo, y de utilizar sus momentums particulares hacia ese objetivo.
Cuando el Maestro aplica la presión de Su persuasión al Tribunal Kármico para que escoja a uno de Sus pupilos en vez de otra corriente de vida calificada, a fin de contribuir a Su Causa en particular, especialmente entonces el Maestro ESPERA que el chela esté a la altura de Sus iluminadas descripciones de lo que tal chela puede hacer (y hará), ¡si se le da la oportunidad de encarnar! ¡Es en esta posición que Yo me encuentro ahora! ¿Cuántos, de los que han respondido en los Niveles Internos a la Causa de la Liberación, manifestarán Mi fe y confianza en ellos? ¿Cuántos regresarán a Casa con algo de cosecha? Me tocará comparecer ante el Tribunal Kármico por todos ellos, y explicar sus logros o letargo de la mejor manera posible. ¡Oren por estas ocasiones!
Libro: Diario del Puente a la libertad, Saint Germain, vol.2 Serapis Bey editores
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