"La Gran Ley que gobierna todas las formas —o la Ley de Causa y Efecto— tolera la iniquidad del hombre hacia el hombre únicamente hasta cierto punto. Cuando la iniquidad se dirige a la Deidad —o Fuente de Vida—, la retribución es expedita y certera. Dentro de toda vida hay un Proceso Purificador y Equilibrante automático, y cuando alguna actividad externa se levanta en oposición a la Ley Cósmica del movimiento hacia adelante y Perfección siempre-en-expansión —que siempre está presionando de adentro hacia afuera —, entonces llega el momento en que toda la oposición es barrida y aniquilada por el impulso de avance dentro de la Vida misma. Cuando los gobernantes de una nación se apartan de Dios y destruyen todo aquello que lleva la atención a la Luz del Cristo, eso quiere decir que el fin de dicho gobierno y grupo está próximo; porque eso origina que cierta Actividad Cósmica se descargue sobre el planeta, la cual los saca de la existencia.
Tomado del libro, "La Mágica Presencia"
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