Amados Míos, sus almas son magnetos. Desde sus almas fluye su vida. Todo aquello con lo que su atención se conecte, su alma magnifica. Es un principio matemático y científico, del cual nadie puede escapar – trátese de iniciados, chelas o laicos.
Podrán magnificar el bien o el mal. Cuando su atención se conecta con alguna
apariencia, su vida fluye desde el propio latido de sus corazones a la apariencia, la cual crecerá y se magnificará – tanto en el mundo de las apariencias como en los Ámbitos Internos – doquiera que el alma habite.
Pues bien, ustedes podrán magnificar las sombras y la zozobra de su mundo de apariencias, o podrán magnificar el poder de Dios volviendo el rayo de su energía y atención a ese Santo Ser Crístico, manteniendo la atención allí, dedicando su atención a recibir y magnificar sus poderes y cualidades, hasta que su ser interno crezca. La confianza crece en la belleza, y crece en la perfección al imitar al Cristo Interno.
Hicimos de ello un juego cuando Jesús era pequeño, y cuando venía – como vienen todos los niños – con peladuras en sus pies o rodillas, con todas las diversas apariencias que afectan a todos los niños en crecimiento, Él decía, "No magnificaremos esa herida ni esa cicatriz. Magnificaremos al Señor". Luego, volviendo Nosotros tres la atención a ese patrón perfecto, traeríamos de vuelta la sanación y la paz de la Presencia a través de nuestros seres, hasta que la apariencia desaparecía. Esto lo hacíamos sistemáticamente, lo hacíamos a diario. Juntos construimos un momentum que Yo, en Mi interior, sabía que estaba construyendo un poder positivo de resistencia en la conciencia de Jesús frente a toda apariencia de mal que, cuando le llegara Su momento cósmico, tendría que contemplar a la mismísima muerte y rehusar magnificarla mediante el poder del latido de Su corazón, volviendo todo el poder de Su energía a la vida, magnificando el poder de esa vida a través de sí hasta que la muerte fuera derrotada. ¿Lo ven?
VIDA FAMILIAR
Lo mismo debería ocurrir con ustedes, amados corazones. Hemos estado observando la vida familiar de la humanidad. He observado las madres y los padres de la raza. Los he visto en su gran sinceridad, en su gran sentido de responsabilidad y deseo de rodear a sus rebaños individuales con seguridad y protección; y, sin embargo, a través de precisamente esa sinceridad, magnifican las apariencias en vez del Todo-Poder de la Presencia, el cual, a través de la energía de la conciencia que tiende hacia arriba, conduciría la sustancia de sanación, suministro y protección al mundo de la forma.
Me he dicho para Mis adentros, "Cuando se Me presente la oportunidad, redactaré el magnífico credo de los chelas conscientes. Todos accederán, tal cual lo hiciera Yo, a ese principio de Verdad que se manifestó en Mi mundo, hasta que sean libres".
¡Oh, hijos e hijas del cielo! ¿Por qué magnificar el mundo de las apariencias? ¡Propongámonos a magnificar juntos los poderes del Señor! ¡Gracias por aceptar el sentimiento de esto, amados amigos de Mi corazón!
Libro: Diario de el "Puente a la Libertad" Madre Maria
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