Retornando de nuevo al tema de sus Tubos de Luz, ustedes los han atraído a su alrededor pero (mirando sobre ustedes como Estoy haciendo hoy) veo que si bien están muy bonitos, están delgados en textura porque hasta ahora no han aceptado completamente su eficacia para servirles. Amado Dios, crea esos Tubos de Luz alrededor de cada uno de manera tan poderosa que realmente se conviertan para ellos en la Armadura de Luz del Primer Rayo.
Los Amados Polaris y Magnus (los Grandes Seres cuyos Rayos de Luz conforman el Eje Real de lamismísima Tierra), están irradiando la Llama Azul desde el propio Corazón del Planeta hacia arriba a través de Su sustancia y de todo lo que vive sobre el mismo – no sólo a través de aquellos que están encarnados, sino a través de los que también pertenecen a la Tierra, quienes están ahora en los Niveles Internos, fuera de la encarnación en este momento.
En virtud de que las cualidades de la Llama Azul del Primer Rayo son tanto Fe como Protección, esta Radiación está anclándose hoy en, a través y alrededor de todo lo que contacte, asistiendo en la habilidad para aceptar la Verdad de la Bondad Innata de Dios; en la aceptación de la realización de que toda discordia y mal de toda índole son creados por la mala utilización humana de la vida, y que está también sacando del error a la conciencia de la humanidad de cualquier aceptación de que un Dios Bueno y amoroso podría infligir (o inflingiría) sobre la humanidad o sostendría cualquier tipo de mal como un CASTIGO para cualquiera o todas Sus creaciones.
A continuación, decreto lo siguiente: La humanidad deberá aprender a conocer a Nuestro Buen Dios como el más tierno Padre de Amor y Misericordia, y será lo suficientemente grande como para tomar sobre sus propios hombros la responsabilidad por la vida mal calificada – reconociendo honestamente que las experiencias destructivas y sufrimientos que algunas veces soporta son el resultado y retorno de su propia magnetización voluntaria y mala calificación de la Vida. Entonces, la humanidad dejará de aceptar como la Voluntad de Dios, la enfermedad de mente o cuerpo, la vejez, los males y la desintegración de la carne y todas sus ramificaciones acompañantes de imperfección. ESTAS APARIENCIAS NO SON LA VOLUNTAD DE DIOS, porque Su Voluntad es Paz, Pureza, Felicidad, Salud, Suministro ilimitado de toda cosa buena – sin una sombra de aflicción de ningún tipo.
El Libro del Arcángel Miguel
No hay comentarios:
Publicar un comentario