Pentecostes

 (El Puente, 29 de Mayo de 1955)

En verdad, cada hombre es parte de Dios. No podría haber individualidad sin esa "Presencia" – la cual, de por sí, es Vida, Inteligencia y Fortaleza Espiritual. Sin embargo, es auto-evidente que no todos los hombres están igualmente manifestando los Dones, Poderes y Naturaleza de Dios. Es para desarrollar y madurar la Naturaleza Divina a través del individuo, que Nosotros dedicamos Nuestras vidas y talentos. El esfuerzo supremo de parte del hombre para preparar su alma para la presencia del Santo Confortador, constituye su parte del empeño. Luego, como la parábola del hijo pródigo, la apresurada Presencia Confortadora encuentra un puente de energía calificada armoniosamente en un hombre de este tipo, y se une a la chispa de inmortalidad que duerme dentro de él. Entonces, Dios y el hombre son uno – ¡el milagro de Pentecostés!


Libro: Diario de el "Puente a la Libertad" Saint Germain, vol.1


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vistas de página en total