(Marzo de 1954)
De vez en cuando, surgen individuos de la opinión que no hay necesidad de mediador – o puente – para conectar al Cristo Interno con el intelecto externo. Esta gente está honesta y firmemente convencida de que, en vista de que la Presencia está conectada a través del Santo Ser Crístico con el corazón de toda corriente de vida, un medio externo de comunicación y guía espiritual es innecesario.
A esta gente le digo – habiendo sido Yo un mediador, y habiendo servido a la Jerarquía llevando la palabra de Dios a las masas – que el propósito de un mediador es el de TRANSMITIR LA VERDAD desde el corazón de Dios a las mentes externas de individuos que han perdido su contacto personal y directo con su propia Divinidad. Cuando este propósito se ha logrado, no se requiere mediación ni transmisión alguna de conciencia. Pero hasta llegar a este punto, la mente externa del hombre, incapaz de elevarse a la inspiración de su propio Ser Superior, permanece sumida en la ignorancia, y a través de la Misericordia de Dios es iluminada por quienes han alcanzado un grado de evolución mediante el cual pueden escalar el monte del logro, asimilar la Verdad, y llevar el conocimiento de dicha Verdad de vuelta a los peregrinos en el sendero. Los peregrinos sensatos tomarán la copa que de esta manera se les ofrece y, al así hacerlo, lograrán que su escalada al monte del logro sea menos ardua.
Libro: Diario de "El Puente a la Libertad" Jesus
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